Dentro de las actividades que organizamos habitualmente, las que más nos gustan son las extraescolares al castillo de Peñíscola. Disfrutamos viendo sus caras cuando lo descubren y les contamos algunas de las historias que atesora.
Historia del castillo de Peñíscola
Comenzó a construirse en 1294 y se acabó en 1307. Los responsables fueron los caballeros templarios, que deseaban una fortificación parecido a la que tenían en Jerusalén. Su finalidad era proteger nuestras cosas de los ataques sarracenos y de los piratas.
¿Qué particularidad tiene el castillo?
Hay una, sobre todo, que fascina a todos los niños. El castillo está construido sobre un peñón en el mar, que se une a la península por una franja línea de tierra. En sus orígenes, en los días de tempestad o cuando la marea era muy alta, el peñón se convertía en una isla inexpugnable.
¿Qué relación guarda con el papa Luna?
Pañíscola tiene el privilegio de haber sido una de las tres sedes papales en la historia, junto a Aviñón y a Roma. Pedro de Luna, el papa Benedicto XIII, se recluyó en su castillo cuando el mundo cristiano le dio la espalda. Una lápida de mármol negro colocada en 1923 por estudiantes de la Universidad de Zaragoza recuerda esta parte de la historia.
¿Cómo es el castillo de Peñíscola?
Se conserva muy bien, a pesar de sufrir daños durante la Guerra de la Independencia. Se divide en dos partes: el castillo viejo y el nuevo. En la parte vieja, hay salas muy importantes, como la del trono, la de la reina, la de los espejos, etc. Además, se puede subir a varios torreones. El complejo también destaca por sus jardines.
Las visitas extraescolares al castillo son vitales para los niños. No es solo el encuentro con la historia. Es el convencimiento de que esta clase de excursiones abre sus mentes y despertamos su afición por la historia.